miércoles, 18 de noviembre de 2020

Aislamiento, soledad y silencio

 

                          

Aun nos refiramos al hombre más solitario del planeta, para que este pudiera llegar a la edad en donde está, tuvieron que existir alrededor de él amigos, familia, instituciones y  organizaciones que, directamente o indirectamente, influyeron en la manera en la que piensa y se comporta. En esta pandemia nos enfrentamos a un escenario totalmente distinto. La compañía se mudó de la realidad tangible a lo virtual. Aquel cazador prehistórico que  se reunía en manada para poder acabar con las bestias más grandes de la selva, en el contexto de pandemia en el que vivimos, tendría que buscar la valentía para enfrentarse solo.

 


Al igual que el cazador, todas y todos, hemos tenido que ser valientes  para confrontar el aislamiento, el miedo al contagio, las tragedias de familiares y  conocidos, la pérdida de empleos y a la incertidumbre de no saber en qué  momento parará la pandemia.  Nuestras relaciones sociales  se transformaron en reuniones por  Zoom.  Aunque resulte difícil de creer, esta pérdida de las interacciones, causadas por el confinamiento, han tenido un impacto importante en nosotros.

 

 En el artículo “Ahora todos somos socialmente torpes”, escrito por la periodista Kate Murphy, y publicado en el New York Times, nos describe los efectos psicológicos y emocionales que ha  producido el aislamiento.  Según la escritora, existen investigaciones que se han realizado con presos, soldados y  astronautas, quienes pasan largos periodos  en aislamiento, que señalan que: “[…] las habilidades sociales son como un músculo qué se atrofia por la falta de uso”.  Stephanie Cacioppo, directora del Laboratorio de Dinámica Cerebral de la Universidad de Chicago, menciona que: “hasta los más introvertidos de nosotros estamos programados para querer compañía. Es un imperativo evolutivo porque, en términos históricos, hay seguridad en los grupos grandes de personas” (New York Times, 7/09/20). Otro punto que señala Cacioppo, es que aunque las personas estén pasando el confinamiento en familia o con más individuos, no necesariamente significa que no se sientan solos.  Muchas personas, incluso, estando en compañía, añoran las interacciones que tenían cuando iban a la escuela, al cine, al gimnasio, durante las reuniones sociales o cuando simplemente salían a dar una caminata al exterior.

 

Esta necesidad de interacción social ya había sido descrita por distintas filósofas y filósofos.  Aristóteles opinaba que el ser humano es un animal-político, que se distingue de los animales debido a que tiene habilidades lingüísticas, puede vivir en sociedad y crear ciudades, por lo que no podría privarse del contacto con los demás.  En contraste, Schopenhauer decía que el hombre busca relacionarse con otros, porque no se siente bien consigo mismo.  Consideraba el compromiso social como una obligación. Incluso llego a decir que prefería la compañía de su perro antes que la de los humanos.  Mientras que, para la filósofa y teórica política, Hanna Arendt,  “En soledad siempre surge un diálogo, porque incluso en soledad siempre hay dos” (Verne- El País, 21/01/2015).

 

Aunque aún no tengamos certeza de cuándo podremos vacunarnos y volvernos inmunes al Covid-19, para poder reunirnos  en colectividad, es importante encontrarle un sentido a nuestra vida. El neurólogo, psiquiatra y filósofo austriaco, Viktor Frankl, desarrolló una teoría conocida como logoterapia. Este término es abordado en su libro “El hombre en busca del sentido”, en el que relata los terribles episodios que vivió en los campos de concentración nazis. Según el autor, logró sobrevivir gracias a que pudo hallar un sentido a su existencia. El objetivo de la logoterapia es que el ser humano, hasta en los momentos más difíciles, pueda encontrar una razón para vivir.  

 

Queridas lectoras y lectores, aunque suene difícil de creer, en algún momento de nuestras vidas añoraremos el aislamiento, la soledad y el silencio. Los invito a que utilicemos este tiempo, ya sea concluyendo aquel libro que tenemos empolvado, escuchando o iniciando un podcast, escribiendo o desarrollando alguno de nuestros talentos. Estoy seguro que si después de esta pandemia salimos más fuertes de lo que éramos  antes, no habrá  bestia que se interponga en nuestro camino que no podamos  enfrentar desde la compañía de nuestra soledad.

 

                   

Politólogo. Analista y consultor en temas de comunicación.

 

 

Política Mexicana: Un arma de doble filo

 

Cuando estudiamos la política en México encontramos mucha confusión en cuanto a lo que representa la figura del político mexicano en nuestro país, ya que cada uno de los partidos políticos cuenta con su propia ideología particular que dirige el rumbo de sus acciones y funciones, sin embargo esta discrepancia en cada uno de sus puntos de vista se hace mucho más grande cuando en la práctica los partidos políticos realizan actividades encaminadas a posicionarse como la mejor opción para los ciudadanos antes y durante el tiempo de elecciones.

La mitad de los ingresos de Politico provienen de suscripciones digitales |  by Billy D. Aldea-Martinez | monetización

La practica política en este país esta encaminada al posicionamiento de un partido con fines particulares, no se pretende la mejoría de la sociedad, se busca el beneficio que un grupo político especifico.

Y ese posicionamiento se ha logrado con promesas, discursos demagogos y mensajes románticos sobre un futuro mejor que nunca llega, lo cual es precisamente el problema, porque la clase política en este país, no busca el posicionamiento a través de la información y de la contribución a la sociedad, si no que se busca ser el favorito por medio de discursos que desvaloran a los demás candidatos y partidos con el fin de alzarse como la esperanza de la sociedad, lo cual es por menos decir, terrible.

Esta practica es la más popular en nuestro país, porque es la más efectiva a corto plazo, pero crea un problema para la sociedad a largo plazo, ya que cuando el político llega a una comunidad a prometer y jurar que va a cambiar las cosas, los habitantes y ciudadanos lo ven como el salvador, como alguien que va solucionarlo todo por si solamente porque es “diferente” a los demás candidatos.

Dicha estrategia política es un problema para ambas caras de la moneda, ya que tanto el político como la sociedad se ven envueltas en situaciones complicadas; por un lado tenemos al político ganador que ha prometido y jurado ser diferente a los demás y que en caso de ganar solucionará todos los problemas que “otros” han causado, lo cual románticamente es maravilloso, sin embargo eso lo coloca en una posición de vigilancia por parte de la sociedad, ya que al venderse como un salvador perfecto, no se le permite errar porque como prometió en campaña, es totalmente capaz puede encargarse de todo.

Esto orilla a la sociedad a no ser participe de las actividades sociales, haciéndose a un lado dejando que el “político salvador” resuelva todo y durante la actividad de sus funciones este mismo tiene que resolverlo todo y recibir criticas por su incompetencia constantes debido a un problema de comunicación.

Por otro lado, la sociedad también se encuentra en una postura difícil, porque cuando se trata de la oferta política, la sociedad siempre va a seguir la postura cómoda, como la que representa al político del cual ya hemos mencionado; ese político salvador que todo lo puede realizar solo sin ayuda de la sociedad y en caso de elegir a dicho político como representante, la sociedad tomará la postura que dicho político mencionó que se podían tomar: Esperar el cambio.

Y cuando la gente espera el cambio, se desinteresa por las actividades políticas, deja de participar en actividades sociales, no sigue las noticias, no se informa sobre las actividades que los gobernantes realizan, lo cual es muy cómodo, pero es totalmente perjudicial; y es que es algo natural de dicha practica política porque se va a programado a la sociedad para esperar en vez de actuar y no participar del cambio que tanto se promete.

El cambio que tanto se espera, no puede ver su origen en la clase política, si no en la sociedad, con mas participación, más criterio, más información y más responsabilidad.

Debemos ser consientes de lo que la clase política debe hacer y ser responsables de que todo lo demás nos toca como sociedad, tal como decía Dwight D. Eisenhower, presidente de los EEUU La política debería ser la profesión a tiempo parcial de todo ciudadano.

A fin de cuentas, no se trata de estar del lado de un partido, de una ideología, de unos intereses, de una persona o de una promesa, no debe haber políticos héroes o villanos, solo políticos competentes e incompetentes, eso va a cambiar las cosas, el objetivo de la política no es servir y beneficiar a algunos o a pocos, se trata de estar del lado de México.

Aislamiento, soledad y silencio

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